¡Atenti, guacho! El León, el Milei, se nos raja a Roma la semana que viene. Según dicen, va a un evento con Giorgia Meloni, esa que vendría a ser como la Milei italiana pero con onda fascistoide. El chabón dice que es para “reforzar los lazos con Italia”, pero, la posta, nadie sabe si va a cerrar negocios o si se quiere traer una pizza con menos impuestos.
¿Te imaginás la escena? Milei en el Coliseo gritando contra la “casta política”, mientras Meloni le aplaude de fondo. Capaz que hasta convence al Papa de que la inflación en el Vaticano es culpa del keynesianismo. Todo puede pasar con este loco, que cuando se sube al avión debe sentirse como Julio César: “Llegué, vi y grité contra los zurdos”.
Los asesores del Milei dicen que el viaje es estratégico. Claro, porque si hay algo que Argentina necesita ahora es una amistad con Italia para… ¿qué? ¿Para importar espaguetis más baratos? Ojo, seguro que va a salir a decir que esto es clave para el comercio exterior y que nos abre un “mundo de posibilidades”. Aunque, la verdad, lo único que se abre es el bolso del erario para pagar este tour de networking libertario.
Lo loco es que mientras él se manda esta aventura europea, acá seguimos esperando que baje la inflación o, no sé, que al menos nos alcance para una birra y una pizza los viernes. Pero no, Milei prefiere estar con Meloni, compartiendo mates y recetas para achicar el estado.
Eso sí, seguro que la conferencia va a estar llena de frases épicas como “¡La libertad avanza, hasta en Roma!” o “El Papa es parte de la casta celestial”. En fin, mientras algunos soñamos con un asado en la terraza, este loco sueña con una alianza italo-argenta. ¡Qué grande, Milei! Siempre dándonos razones para reír o llorar.